viernes, 13 de agosto de 2010

¿Por qué, México?

Hoy, tenemos una invitada especial a este espacio. Muchas gracias a Irene Benitez por ser parte de este experimento. siganla en twitter @Irene_Benitez
¿Por qué, México?

Risas, una caricia, una frase amable, rostros sonriéndome con amor. ¡Soy Feliz!

El despertador me saca de mi ensoñación. Despierto sobresaltada y desorientada, me siento en la cama. Estoy sola, la oscuridad y el silencio me envuelven. Saco los pies de la cama y me pongo de pie. Mi soledad me golpea directo al alma.

Me dirijo a mi pequeña cocina pretendiendo encender el fuego para hacerme un café. Recuerdo que no tengo gas. Ni café ni ducha caliente.

Salgo tiritando del pequeño cuarto de baño. Me visto de prisa, trato de bloquear mi mente.
No quiero pensar en el día que me espera. La gente con la que tendré que tratar por 10 horas seguidas, a la que tendré que servir sin que me mire a los ojos. Gente a la que trabajosamente comprenderé en un idioma que no es el mío. Gente que me mira como si yo fuera menos persona que ellos.

Estoy sola, ¡tan sola!

Antes, poblaba mi mente de imágenes gratas, mi familia, mi infancia, mis padres, mi hija (¡Hija mía!!), mi casa en un pueblecito de Morelos, casa grande, con tanto sol, con patio de tierra, con árboles frutales y plantas. El murmullo de los pájaros, de los grillos por la noche…

Pero no hay trabajo, no hay industria. No hay nada. Sólo pobreza y necesidades por doquier.

No hay hospitales, sólo curanderos y parteras. A mi padre enfermo hay que llevarlo con mil trabajos al hospital en Cuautla para su tratamiento. A veces regresa tan agotado que siento que regresa peor de lo que se fue.

No hay escuelas, sólo una primaria. ¿Dónde estudiará mi hija cuando tenga edad para hacerlo? Pocos jóvenes tienes la oportunidad de emigrar hacia las ciudades grandes para poder continuar con sus estudios.

Hoy evito esos recuerdos, porque ya no me consuelan, me duelen, laceran mi corazón, hacen sangrar mi alma. Ponen un nudo en mi garganta y lágrimas en mis ojos-

¿Por qué México?…. ¿Por qué? ¿Por qué echas a tus hijos fuera de tus suelos? ¿Por qué nos orillas a abandonar nuestra tierra, a nuestras familias, nuestra comida y hasta nuestra música? ¿Por qué tenemos que largarnos de nuestro terruño para poder sobrevivir?

Salgo a la calle… aún es de madrugada, tengo que caminar unas 15 calles para tomar un autobús que me acercará a mi trabajo… Luego debo caminar otro tanto de larguísimas calles para llegar allá a las 6 en punto. Tengo amenaza de despido al primer retraso de 5 minutos…

¿Por qué no puedo estar con mi familia? ¿Por qué tanta desigualdad en México? ¿Por qué siendo un país tan rico, habemos tantos mexicanos jodidos?

La corrupción, la impunidad, el compadrazgo, la lucha por el poder.

Como buena pueblerina, inocente e ignorante, creí en las palabras de amor de ese hombre de la ciudad que venía al pueblo los fines de semana. Me le entregué sin apenas saber lo que hacía. Cuando supo que estaba embarazada, dejó de pasear por este pueblo los fines de semana. Ahora debe estar conociendo los pueblos de los alrededores…


Mi padre por su enfermedad tuvo que dejar de trabajar la tierra, tierra ajena. Se fue sin un centavo luego de 30 años de trabajo continuo. En el pueblo nada se sabe de pensiones o jubilaciones.

Tenía la obligación de mantener a mi hija y ahora a mis padres. Tenía que cubrir los gastos de la enfermedad de mi padre. No tuve otro camino.

No fue difícil encontrar el como emigrar. Casi cada familia en el pueblo tiene a alguien en Estados Unidos. Lo demás es historia.

Aquí estoy, desgarrada, sola, tragándome mi orgullo y mi soledad. No veo crecer a mi hija, no veo envejecer a mis viejos. ¡Sabe Dios si los volveré a ver con vida!

Los responsables de esto… ¿dormirán tranquilos? ¿Dormirán el sueño de los justos?

Seguramente sí. Es gente sin conciencia. Dice el maestro de la escuela nocturna a la que asisto cuando puedo, para medio entender este idioma tan ajeno a mí, que en México el gobierno se siente hasta orgulloso de las remesas que llegan de Estados Unidos, de parte de los trabajadores indocumentados….

Miserables….
Autora: Irene Benitez

6 comentarios:

  1. Luis excelente experimento, Irene se me hizo un nudo en la garganta, bien escrito y muy claro, ojalá algun legislador de los pocos que saben leer tuviese acceso a éste blog, un beso a ambos

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  2. Excelenete Irene, me gustó mucho el Post... Yo tambien vengo de un lejano pueblito de Oaxaca y mis padres y yo tubimos que salir de ahí en busca de un medio para subsistir, seguimos en México, pero lejos de la tierra natal.

    ¿Por qué México? ¿Por qué siendo un país rico los pobladores estamos jodidos? Son dos preguntas muy complejas, por una parte están los gobernantes que una véz que se desicieron de el opresor extranjero se dedicaron a oprimirnos, explotarnos y saquearnos y este año vamos a CELEBRAR 200 años de ese sistema.

    Por el otro está el pueblo, acostumbrado a vivir así, a ser esclavo de unos cuantos, el pueblo que se queja pero no hace nada, el pueblo que se queja pero no vota, el pueblo ignorante pero que no le interesa dejar de serlo... Creo que los mexicanos tenemos mucho que luchar mucho que hacer porque si esperamos a que nuestros gobernantes lo hagan, estaremos dentro de 200 años igual o peor.

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  3. Sabía que existía esta parte de la vida de las poblaciones, pero jamás la había visto tan clara como la que hoy expusiste Irene...

    Comparto la opinión de mi querido Ulises.

    Saludos y excelente post.

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  4. Empatia
    Si ese es el término que se usa cuando simbolicamente te pones en los zapatos del otro...
    En este blog dicho términ queda corto pues has puesto tu alma en el lugar del alma del otro...
    Gracias querida Irene por mostrarnos ese sentir, por hacernos mas concientes y por ponernos a pensar.
    Un abrazo

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  5. Queridos amigos, muchas gracias por sus comentarios. Estoy muy agradecida, y satisfecha también por haber despertado en ustedes esos sentimientos de solidaridad y empatía con nuestros hermanos mexicanos que luchan y sufren lejos de su tierra y su familia. Debo aclarar que no es mi historia personal, pero es la historia de cualquiera de ellos, de muchos de ellos. Quiero agradecer a Luis Becerril por haberme invitado a este su espacio. Espero que nos sigamos leyendo por aquí, de vez en vez.

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  6. Un post claro, honesto e increíblemente conmovedor.
    Karenina

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